Por José Manuel Martin Medem
El 19 de enero, la revista colombiana CAMBIO publicó 'en exclusiva' lo que denominaba 'el testamento de Marulanda'. El documento fue considerado 'auténtico' por los servicios secretos militares que aseguraron que lo habían conseguido al 'encontrar' una computadora portátil en un campamento de las FARC el 31 de octubre del 2008. En el mensaje que le atribuyen, el comandante guerrillero anunciaba la campaña internacional que iba a organizar el gobierno de Uribe contra los de Chávez y Correa utilizando el supuesto contenido de los supuestos ordenadores de Raúl Reyes 'encontrados' después del ataque contra su campamento en territorio ecuatoriano.
La 'inteligencia militar' decía que Marulanda lo habría escrito poco antes de morir el 26 de marzo del 2008.
El viernes (17 de julio), la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP) conseguía y difundía, también 'en exclusiva', un video en el que aparentemente Jorge Briceño, comandante de las FARC, habla sobre "ayuda en dólares para la campaña de Correa". Los 'servicios' habrían 'encontrado' la grabación en una de las tres computadoras supuestamente 'encontradas' cuando la policía capturó el 30 de mayo, en las afueras de Bogotá a una dirigente de una red urbana de las FARC.
El domingo (19 de julio), en el diario madrileño EL PAÍS, Maite Rico, encargada habitualmente de recoger las deposiciones de los servicios secretos colombianos, reproducía la información de AP pero cometía la torpeza de añadir que el supuesto video contiene también el 'testamento de Marulanda'.
¿Están manejando otra vez, los 'servicios' y sus altavoces, lo que ya habían 'encontrado' y difundido hace seis meses? ¿Por qué ahora? Si es 'material nuevo' y lo tenían desde mayo, ¿por qué han esperado un mes y medio para pasárselo a los amigos de AP?
Precisamente en el mismo día en que se difundía el video reiterando la acusación de que las FARC contribuyeron en la financiación de la primera campaña de Correa, el viernes, concluía la utilización de la base aérea de Manta, en Ecuador, por los aviones militares de Estados Unidos que durante diez años lanzaron desde allí sus operaciones de intervención en América Latina.
La nueva Constitución de Ecuador, propuesta por el presidente Correa y aprobada en referéndum, prohíbe la presencia de tropas extranjeras en el país. Al mismo tiempo se anunciaba que el gobierno de Uribe pone a disposición de
No son casualidades. Como tampoco lo es que el jueves (16 de julio), en la víspera de la 'exclusiva' de AP contra Correa, EL PAÍS 'consiguiera', también 'en exclusiva', un informe inducido por los dinosaurios republicanos en el Congreso de Estados Unidos denunciando que Venezuela se convierte en un 'narcoestado' como consecuencia de "la complicidad del ejército venezolano con las FARC" (*).
Tremenda casualidad también que
Con esta denuncia como base, la extrema derecha republicana del Congreso de Estados Unidos, encabezada por la mafia anticastrista de Mario y Lincoln Díaz-Balart, exigieron a Obama que
¿Por qué Obama está empantanado con el golpe de Honduras después de tranquilizar a América Latina y eliminar prohibiciones de Bush contra Cuba?
No es difícil considerar que el Pentágono no está dispuesto a perder sucesivamente 'sus' bases de Manta y Palmerola aunque cuente con las de Colombia. Pero en Honduras no necesitaban el golpe para mantener su dominio. Aunque es dónde más fácil les resulta la
intervención como advertencia. Si queremos creer lo que nos gustaría que fuera Obama, podemos encontrar la senda de la conspiración a través del Pentágono,
Son abrumadoras las pruebas de que
Armadas se coordinaron con los paramilitares en el terrorismo de Estado. En 1996, Gates publicó un libro titulado DESDE
Este es el tipo que decidió lo que podía pasar en Honduras. Sin tener en cuenta su intervención no se entiende el enredo. Puede ser una operación contra el 'poder suave' de Obama. Pero me parece que es más probable un juego con dos posibilidades en el que la advertencia de Honduras tenga un mal desenlace para la soberanía y la auténtica integración en América Latina. Mientras Washington interviene para que el frenazo se imponga con el resultado en las próximas elecciones presidenciales de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay. Si Obama es en realidad, como supongo, un enroque inteligente del imperio, entonces memoricemos lo que ha escrito Immanuel Wallerstein:
"La presidencia de Barack Obama corre el riesgo de ser el momento de la venganza de la derecha en América Latina".
(*) La crónica titulada EL NARCOTRÁFICO PENETRA EN VENEZUELA, firmada por Antonio Caño en la edición de EL PAÍS del 16 de julio, es un magnífico ejemplo del periodismo basura practicado por sometimiento.
Para señalar a Venezuela como un 'narcoestado' hay que cerrar los ojos frente a Colombia y México, dónde asesinan a los candidatos presidenciales disparando cocaína. Se puede desmontar la crónica en su totalidad pero sólo voy a comentar dos de sus invenciones. La primera es tan evidente que divierte por su ignorancia. Escribe Caño que "el informe menciona a España como el principal destino de los vuelos originados en Venezuela". ¿Grandes aviones cargados con cocaína atravesando el Atlántico? ¿De dónde salen? ¿Dónde aterrizan? ¿Cómo eluden los controles aéreos? No hay un sólo documento en la historia de la lucha contra el narcotráfico que mencione algo semejante.
La segunda, si no fuera mentira, nos llevaría a la conclusión de que las FARC, supuestamente acorraladas por la guerra de Bush y Uribe, son la organización más importante del mundo en el contrabando de cocaína.
Según las deposiciones del informe que Caño ha conseguido 'en exclusiva', las FARC exportan, en complicidad con el gobierno y el ejército de Venezuela, 260 toneladas anuales. Es imposible. El gobierno de Colombia y los paramilitares (que son las dos organizaciones que más saben sobre el narcotráfico) coinciden en que son 800 las toneladas de cocaína que cada año llegan al mercado internacional. Los carteles mexicanos se encargan de su introducción en EEUU y a
Para comercializar un tercio de la producción anual de cocaína, las FARC tendrían que haberse impuesto sobre los cuatro o cinco grandes grupos colombianos del narcotráfico y contra sus ejércitos paramilitares y las complicidades en las fuerzas de seguridad. Y tendrían que contar con una imposible alianza con los capos mexicanos y europeos para su distribución.
Si además de todo eso, también resisten a las fuerzas contrainsurgentes de Colombia y EEUU, ¿para qué han servido los 10.000 millones de dólares del Plan Colombia que prometía acabar con el negocio de las drogas y con la guerrilla?
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