domingo, 29 de noviembre de 2009

sábado, 28 de noviembre de 2009

Tremenda Amparitxu




José Manuel Martín Medem


Cuando compres flores amarillas en la Prospe, acuerdate de Amparitxu Gastón.
Cincuenta años resistió en el barrio: en la calle contra la dictadura del franquismo y en su casa contra el olvido de los que después se desprendieron del poeta y mucho más de la viuda. Con flores amarillas celebrabamos el cariño y el respeto de los amigos de Casa Emilio y del Balboa, buscando por los buenos bares de la vecindad el oleaje de San Sebastián que tanto necesitaban.

Flores amarillas porque ardían con la ternura de su novio y enemigo, su bronca y su compañero: el caballerito del que destiló al mejor poeta de la solidaridad.
Se tiraban las flores a la cabeza y se tiraban de cabeza a las flores cargadas de futuro. No es fácil ser la pelea de un combatiente. No se puede olvidar que lo que se quiere no siempre se disfruta.
Es mejor que en la foto sólo la veamos a ella aunque siempre estén juntos. Es mejor porque hasta en su última hospitalización sólo se emocionó cuando el médico de guardia le dijo que compartían al poeta. Y no es justo que la recuerdes por ser su viuda cuando en realidad Gabriel es un poeta cargado de Amparitxu.
Al poeta lo enturbiaron por escribir tan humanamente: escribiría un poema perfecto si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos. A ella por vivir con él para que él pudiera vivir de esa manera. Habría vivido con un poeta perfecto si no hubiera sido indecente hacerlo en aquellos tiempos. Por dentro no todo eran flores.
Por fuera pocas flores les regalaban. No es fácil vivir entre todos siendo imperfectos. Pero vale la pena si anunciamos algo nuevo.
Con todo me identifico y respiro por la herida
y digo que mis poemas son un vivir otras vidas
y un recrecerme en lo vasco de Amparitxu y su delicia.
Cuando lean estos versos no piensen en quién los firma
sino en mi Euzkadi y mi Amparo.

Abierta y complicada, vasca y madrileña, enorme y encogida, con tantas vueltas y avenidas, Amparo Gastón Echeverría fue con su hermano a la cárcel, con el poeta a la gloria y a la envidia, en la vida como pudo y al final entre muy pocos.
Me cuesta mucho escribir lo que me duele y lo estoy haciendo a tropezones para que no se les olvide a los que lo saben, no lo oculten los que quieren ignorarlo y puedan saberlo los que tendrán pocas oportunidades de volver a oir hablar de ella. Muy cerca de dónde se empezó a escribir este periódico hay una placa popular dedicada a un poeta que en su boina lleva como en un velero a la mujer que le empujó a atreverse cuando se tropezaron sobre el peligroso escaparate de una librería. Al pasar por delante de su portal, fijate si tienen flores amarillas: es la señal de que puedes contar con ellos para no resignarte y vivir humanamente, de que puedes cantar como le gusta a Amparitxu para que en la Prospe sepan todos que, cuando buscaban a la viuda de un gran poeta, encontraron a una mujer de tremenda encarnadura.

Celaya le regaló a Gastón un poema titulado Las flores amarillas. Que lo lean como castigo los canallas sin amor. Ahora Gabriel sigue escribiendo para los dos

mientras en mis ojos azules de mar muerto
pasa como en un témpano lentísimo el silencio.

martes, 20 de octubre de 2009

LOS SUEÑOS DE LOS SETENTA

Por Luis Mattini

Tengo el temor de que los proyectos políticos marxistas que llevamos adelante, poniendo todo el cuerpo, en los años setenta est
én a punto de ser derrotados, no por la vía de su destrucción, como lo intentó primero el gobierno de Isabelita y después muy duramente la dictadura, sino por la perversa vía de la distorsión. Porque el terrorismo de estado había logrado destrozar nuestra organización, pero no nuestro proyecto. Para el caso de una eventual derrota actual, la primera beneficiada de eso seria la camarilla gobernante, pero esos beneficios serían posibles gracias al no tan desinteresado aporte de cientos de personas pertenecientes a varios organismos de derechos humanos y otros cientos que se benefician de puestos estatales, más allá de la ocupación laboral que tenemos los empleados del Estado, sea como docentes, profesionales o administrativos asalariados.

La distorsión va desde el extremo disparate de afirmar que se está marchando hacia un modelo de país soñado por los setentistas, hasta la “sencilla”, pero no inocente, idea de que el mérito de este gobierno que lo haría casi incriticable, es la defensa de los DD.HH. y la Memoria Histórica. Todo ello se engarza con la falsa idea de que nosotros habíamos luchado por la democracia hacia una total estatización de la sociedad, incluida la vida y los sentimientos privados, tipo chavismo-peronista, olvidando que para el marxismo no puede haber completa liberación social hasta tanto no se extinga el Estado.

Realmente me sorprende la falta de memoria (de quienes precisamente se llenan la boca hablando de esa ya frase hecha : “memoria histórica”) para recordar las grandes discusiones que precedieron y acompañaron la toma de las armas.
Las veces que hemos repetido que sólo admitíamos al Estado como una inevitable dictadura del proletariado durante un período de transición y que deseábamos lo más corto posible. Las veces que, al menos en lo interno, criticábamos a los socialismos existentes precisamente por mantener políticas de Estado que transformaron la supuesta dictadura del proletariado en dictadura de la burocracia; y si a veces no lo hacíamos públicamente era por razones de oportunidad política frente al capitalismo.
La falta de memoria para recordar cómo estudiamos en Lenin, que la democracia es un determinado modelo de dominación y no un ideal humano; por lo tanto la democracia, con cualquiera de sus aditamentos, no era nuestra meta, si bien hablábamos de “democracia popular” como un periodo de transición.

¿Cómo pueden haberse olvidado algunos de nuestros compañeros la consigna para el programa inmediato por el que luchábamos: “gobierno obrero popular”? ¿Tiene algo de “obrera” la mujer que nos gobierna en medio de su desfile de modelos apoyada por la burocracia sindical, hoy transformada en empresarios? ¿No ven que el discurso de DDHH del actual gobierno se reduce a lo pasado en los setentas? ¿No ven la violación cotidiana de los DD.HH. como consecuencia de la persistencia en un modelo productivo basado en la biotecnología agraria, la industria
derivada, la minería abierta y la manipulación de recursos energéticos, todo ello marcando una peligrosa tendencia al monocultivo que se transforma en una fabrica reproductora de pobres?
Claro, este gobierno no es Videla ni el fascismo, eso está claro, pero a veces no parece tan claro porque estas personas ligadas a los organismos de DD.HH. actúan como si estuvieran obligadas a optar por el mal menor.

No señores, vivimos una plena democracia representativa, quizás menos que Suecia o Alemania, pero bastante más que muchos otros países democráticos; eso debe quedar claro, no existe otra democracia y a esta se la puede mejorar con esos adjetivos de moda, “participativa”, “popular”, etc, pero sólo mejorarla, porque siempre será un modo de dominación de una clase por otra.
Porque lo que parecen olvidar quienes dicen que este es el gobierno de los setentistas, es que, —al menos el PRT-ERP—, luchaba por una sociedad sin clases. Y lo que es peor, a veces creo observar que algunos compañeros que pertenecieron a esta organización, por momentos parecen avergonzados de admitir que nosotros éramos comunistas, tan comunistas que frente al partido comunista o a los partidos trotskistas, y otras variantes pro-chinas, nos sentíamos los verdaderos comunistas, éramos los internacionalistas de primera línea y nunca creímos ni en el socialismo en un solo país, ni en la vía estatal hacia el socialismo.

Ah, un detalle: entre las cosas para el futuro que discutíamos mientras ejercíamos la militancia y poníamos el cuerpo en la lucha armada, estaba la idea de que en el socialismo desarrollado desaparecería la división del trabajo, también desaparecerían la disciplina llamada economía política y el derecho como “ciencia jurídica”, por lo tanto hablar de derechos humanos seria un absurdo, algo así como hablar de derecho a respirar. El chiste era resolver que hacer con los millones de abogados y economistas que pasarían a ser desocupados. (Para no hablar de los escribanos).

Y sí señores, a la generación que nos sigue le contamos —y a nuestros desmemoriados les recordamos— que nosotros teníamos tiempo para organizar la acción política, el sindicalismo, los estudiantes, los barrios, entrenarnos, estudiar teoría marxista y arte militar, ejercer la lucha armada y además de todo eso, fantasear con los sueños sobre la futura sociedad, cómo serían la relaciones una vez desaparecidas la feria de vanidades, en primer lugar los títulos académicos que reemplazan a los títulos de nobleza. Soñábamos que el machismo desaparecería automáticamente al desaparecer las causas que lo crearon, en fin, muchas cosas idealizadas, claro, pero estamos hablando de sueños y todo cambio en la realidad de la historia siempre empezó siendo sueño.

Bueno eso era parte de nuestros sueños. La crueldad ilimitada de la represión de la dictadura pudo con la organización, pudo reventar la resistencia, pudo asesinar a miles, pero no pudo con nuestros sueños. Por eso digo que en el fondo no pudo derrotarnos.
Ahora me pregunto, realmente preocupado ante la evidente ausencia de sueños y fantasías reemplazadas por la racionalidad de las universidades “alternativas” o “populares”, o las marchas de ordenados y prolijos guevaristas…me pregunto digo, si esta malversación que se está haciendo públicamente de los sueños setentistas reduciéndolos a la simple “conquista” de los derechos humanos, por parte del gobierno y los cómplices objetivos que he mencionado, no podrá ser preludio de la derrota. ¿Aquello que la dictadura no logró con todo el peso del terrorismo de estado, se conseguirá con este modelo de dominación que ha logrado comprar a muchos ex-protagonistas?
Pues, los que nos atrevemos a seguir soñando le decimos: “Nuestros sueños no caben en sus urnas”

miércoles, 14 de octubre de 2009

Presentación "Colombia Feroz Con la participación de : Roberto Montoya; Iván Forero; Andrea Benites-Dumont y José Manuel Martin Medem
Octubre 2009

lunes, 17 de agosto de 2009

¿NUEVA DERECHA O UN NUEVO MODELO DE DOMINACION?


Por Luis Mattini

Hace unos días, al cruzar la avenida Entre Ríos hacia el Congreso de la Nación mi vista fue herida por el siguiente cuadro: la vereda desierta y sobre ella una fila de horribles entramados de hierro y alambre paralela cubrían en parte esas formidables y hermosas rejas que tiene la fachada del Palacio. ¿Por qué herida mi vista? Porque me inicié hace cincuenta y tres años como herrero forjador, oficio que ejercí hasta los 30 y ello me permite afirmar que nadie puede apreciar mejor que un herrero, la capacidad del ser humano de moldear el hierro con las manos, para producir esa belleza, lograr esas verjas que el público en general apenas aprecia y los profesionales suelen adjudicarle el mérito sólo al diseñador.

Además , esas verjas son extremadamente sólidas, sólo es posible derrumbarlas con un tanque o una gran topadora. ¿Por qué entonces esos enclenques entramados metálicos portátiles que la policía despliega aparentemente para contener a los manifestantes? ¿Qué mejor muro de contención que la verja original? En una recorrida por la ciudad veremos en todo edificio público esos mismos artefactos, incluso frente al formidable Palacio de Tribunales.

Curioso, frente a la sede de las empresas privadas no hay dispositivos preventivos, aun las multinacionales. Esto me llama la atención porque cuando yo era herrero forjador, también fui sindicalista y el grueso de las protestas las hacíamos contra las empresas privadas o las empresas estatales que brindaban servicios públicos que eran muchas. Claro, también es cierto que la “demostración” para “demandar” “reclamar” en “nombre” del derecho era más esporádica, o sea , las acciones eran más activas, valga la redundancia, paro, huelga, ocupación, etc, no se “reclamaba” el derecho, se lo ejercía de hecho.

Bien, cualquiera que tenga una mínima experiencia en manifestaciones y represión de las mismas se da cuenta que esos artefactos metálicos no sirven para impedir el paso de marchas sino para llevarlas por canales determinados. ¿Para qué sirven entonces?

Veamos, en los primeros años sesenta se puso de moda la palabra canalizar, porque cuando se descubrió el carácter “progresista” del peronismo, la mayoría de los grupos marxistas pretendieron “canalizarlo”, los trotskistas con su política de “entrismo”, el PC con la famosa tesis de Codovilla del “giro a la izquierda” del peronismo, los sacerdotes tercermundistas porque no pueden sustraerse a su populismo y, desde luego, finalmente lo que años después se llamó Montoneros, cuya estructura dirigente lo constituían o bien marxistas que peronizaban o bien cristianos y a veces algún peronista.

Pero la vida tiene sus paradojas. La que resultó finalmente canalizada hoy en día es la izquierda. Literalmente en esos “canales” formados por estructuras metálicas para asistir el ejercicio del derecho a protesta, a manifestar, a demostrar en la vía publica. ¿Asistir? ¿asistencia? Si, eso es. No se trata de simple juego de palabras, se trata de que el Estado hoy ejerce una politica asistencialista, por medio de subsidios de diversas especies, magros a nivel de cada persona, pero eficaces como elementos de contención social. Esos artefactos de hierro están, entonces, para canalizar la protesta por lo carriles del Estado de Derecho, trazados por los poderes ejecutivos y custodiados por agentes policiales. En caso de ser necesaria la represión, será ordenada por el Poder Judicial y la ejecutaran tropas de asalto de la policía, los protagonistas detenidos podrán ser juzgados. Eso se llama criminalizar la protesta. Se la utiliza cuando los canales físicos y monetarios se muestren insuficientes para la contención.

O sea. Estamos frente a una modalidad de dominación diferente. Quizás sea exagerado llamarlo nuevo modelo de dominación, pero también es poco preciso hablar de “nueva” derecha. Creo que más justo es decir que la derecha adquiere nuevas formas. Esta formulación tiene la ventaja de dejar ver más claro aún que en estos días la derecha está dentro y fuera del Estado y del gobierno y, en todo caso las diferencias representan matices diversos de intereses o bien mayor o menos inteligencia para la dominación. Por ejemplo, es evidente que la discusión por las llamadas retenciones a las exportaciones es una pelea por intereses y al mismo tiempo deja a las claras que hay un sector —el de los agronegocios— que no comprende que parte de esos subsidios son empleados en la política asistencial que contiene millones de personas que en otras épocas estarían quemando campos de soja, así como durante el cordobazo destrozaban las instalaciones de la empresa xerox.

Por eso es que afirmamos que la izquierda perdió definitivamente su identidad, hasta su razón de ser, cuando compró el mito del Estado de Derecho, como si este fuera parte de su acerbo y no un producto burgués. En esto hay responsabilidad en parte de de algunos exiliados que se vinieron con ese mamotreto bajo del brazo. Otra parte de responsabilidad la tienen los sobrevivientes o descendientes de sobrevivientes que identifican “derechos humanos” con las utopías por las cuales nos jugamos la vida en los setenta. Dicho de otro modo: identifican Justicia con condenar a los militares que ejercieron el terrorismo de Estado. La paradoja es que esa “justicia” se ejercerá con la vigencia del Estado de Derecho, será justicia burguesa. No tiene nada de malo, al contrario, bienvenida sea, sólo que no es por la que lucharon sus padres.

Claro, hay que tener en cuenta que en esta degradación de valores y conceptos, también tiene su importancia el derrumbe del Sistema Socialista Mundial, como ensayos de sociedades superadoras del capitalismo. Y, lo que es para nosotros particularmente doloroso: Cuba, país que a cincuenta años de la revolución más formidable de América después de la mexicana, hoy tiene el 80 por ciento de sus tierras improductivas e importa, nada menos que de los EE.UU, parte importante del ochenta por ciento de sus alimentos, a pesar del bloqueo. Encima políticamente está más cerca de la monarquía que del socialismo marxista.

¿Chavez y el socialismo del siglo XXI? Cualquier argentino de mi edad puede asegurarles que en 1946 Perón, en apenas diez años, que son los que lleva ya el Venezolano, creó un estado de bienestar productivo, una nación que producía prácticamente todo lo que consumía. Con un poco más de modestia se lo llamó “socialismo nacional”.

Si amigos, perdón por mi tono irónico, pero lo que ocurre es muy duro. O dicho de otra forma, vivimos un periodo histórico de especial reacción. Claro, este punto de vista es contradictorio con quienes piensan que en América Latina es diferente al resto el mundo. Sin embargo a excepción de Bolivia, en donde la activa presencia indígena obliga a mirar con otros ojos, en el resto, progres más, progres menos, se vive el post- neoliberalismo….que no es el socialismo, ni siquiera una oleada “democrática” al viejo estilo, sino la forma que asume la nueva forma de dominación. Sin dudas que con mayores o menores talentos según los países, pero todos en la onda de la readaptación del capitalismo.

Volvamos a nuestro nuevo modelo. Las palabras contención y asistencia son claves. Hay que recordar que cuando surgió el capitalismo en la historia, su rasgo fue incorporar a toda la sociedad a la producción; unos como empresarios, otros como obreros hacedores de plusvalía y una minoría como servicios. Quedaba fuera de la sociedad un grupo marginal de “inadaptados” (delincuentes, prostitutas, vagos, linyeras, etc) que se los denominó “lumpen proletariado”. La desocupación era transitoria y estaba destinada a regular el precio de la mano de obra por la ley de la oferta y la demanda. La función del Estado era armonizar el sistema, cuidar que cada clase social hiciera lo que le correspondía de acuerdo a las leyes.

Pero a los largo de los siglos la producción fue requiriendo cada vez menor mano de obra, al punto que hoy en día, los “marginados” no son un grupo de “lumpenes” sino una porción muy grande de la sociedad para quienes el capitalismo actual no tiene lugar. Dicho en forma cruda, están demás. Pero no se lo puede hacer desaparecer, por lo tanto el Estado los debe contener. Para el capitalismo es más productivo reducir la mano de obra a costa de subsidiar el mantenimiento de los desocupados crónicos (planes de contención) que regular los métodos de automatización del trabajo de manera que se mantenga la plena ocupación.


Dicho de otra forma: prefieren pagarles para que no trabajen, eso es, en última instancia el asistencialismo que ejerce el estado que expresa los intereses de ese modelo productivo. Y ese es precisamente el aspecto más irracional del sistema capitalista.

Esto es así y nuestro cometido debería ser intervenir para conocer a fondo y estudiar hasta descubrir por donde enfrenarlo y establecer una resistencia eficaz. Pero ocurre que la mayoría de las organizaciones de izquierda, lejos de combatir el asistencialismo, tienden a afirmarlo. Ocurre en todos lados, pero particularmente en nuestro país lo es a partir del 2001, cuando las organizaciones de izquierda mostraron más temor al “caos” resultante del espontaneísmo de masas que ellas no pudieron liderar, que al orden burgués. Por lo tanto pasaron a colaborar con la burguesía para contener a las masas.


¿Ignorancia? ¿Falta de conciencia? ¿impotencia? ¿Estupidez?...Hay un poco de eso y hasta les doy esa chance…pero no, desgraciadamente estas cosas son las que nos hacen poner en dudas cuando algo es ingenuamente inocente o se trata de franco cinismo. Porque resulta que parece ser bastante sabroso y rentable contar con recursos financieros estatales para organizar marchas disciplinadas (nada de espontaneismo pequeño burgués) uniformadas, embanderadas, marchantes ordenaditos , prolijos y bien vestidos y equipados como niños de una buena escuela, que muestren nuestras fuerzas y capacidad militante… o sea nuestra razón de ser. De manera que ahora el Estado no sólo subsidia la desocupación sino también la cuota del afiliado y hasta la renta del funcionario de partido.


La aún llamada izquierda dejó de ser, insisto, porque la razón de ser de su origen fue la lucha contra el Estado y ahora pasó a luchar contra el gobierno o sea, pasó a ocupar un lugar dentro del Estado, por lo común lugar de oposición porque no le da el cuero electoral par más. Tanto es así que con frecuencia apoya a la “derecha” opositora porque están contra la “derecha” en el gobierno.

Esto referido a la izquierda orgánica, si vemos lo que pasa en la intelectualidad, el panorama es más negro aún, pero los mecanismos y las razones son más o menos las mismas. También el Estado ha logrado al fin encontrarles su precio. Desde luego que hay excepciones, de lo contrario yo no estaría escribiendo esto, ni La Fogata me lo publicaría; somos parte de la excepción.


Más que de excepción convendría hablar de la existencia de otro movimiento cuyo rasgo es la resistencia y la lucha contra el Estado de hecho, sin definiciones ideológicas, a punto tal que en algunos casos ni siquiera se sabe que es una lucha antisistema. Este movimiento de hecho, que carece de centro, lo componen quienes se movilizan para oponerse a aquello que es esencial al modelo productivo actual y que perjudica a la población. (explotación de los recursos, tierra, mares, minería, pasteras y oposición tenaz a todo lo que sea monoproducción) (piénsese que monoproducción es también depender en forma exclusiva del petróleo o del turismo habiendo tierras para garantizar la soberanía alimentaria) Este movimiento apenas se ve, no poque sea chico, sino porque está debajo de la superficie, carece de dirigentes y la TV no lo registra.


Por ahí, por se lado los marxistas deberíamos buscar el sujeto, sin prejuicios ideológicos ni infantiles conceptos clasistas que aún tienen arraigados algunos setentistas de origen pequeño burgués que todavía hablan “de la clase”; de la “conciencia de clase” y hasta del “miedo de clase” (parece ser que el miedo “obrero” es diferente)


Examinar cómo la consolidación de la sociedad posindustrial, o sea de esta nueva faz del capitalismo, desplaza irremediablemente al sujeto “proletario” de su centro. Pero no es que se “amplia” en forma sumatoria y de ese modo la izquierda cree que es ir agregando temas y consignas a los programas (feminismo, ecología, racismo, inmigraciones, biotecnología, etc) No, no se trata de una suma, se trata de un cambio cualitativo que incluye cambios en la centralidad y que supera muchas taras del pasado y nos permite repensar el tema y hasta la propia necesidad de sujeto. También es imprescindible repensar el contenido de las palabras izquierda o derecha, para ver que ya no se trata de una división en cómo se administra un modo de producción, en el sentido del reparto de sus beneficios, sino en cuestionar un tipo de desarrollo productivo que pone en riesgo la civilización. O sea, ahora es una cuestión de vida o muerte. Izquierda pasará a ser todo lo que facilite y se juegue por el desarrollo de la vida.


Por ese camino podemos ver falsas antinomias y evitar el maniqueísmo que pretende que tomemos posición a favor del gobierno o de los agronegociantes con el argumento de frenar a la “derecha”: estamos contra ambos porque ambos son derecha, como hoy debe de ser calificado de derecha todo partido, socialista, comunista, trostkista o cualquier ista, que impulse un modelo de desarrollo que acentúe la monoproducción, y un modelo político que se apoye en la canonización del Estado de Derecho y tienda a infinitas reelecciones en sucesión monárquica. Esa es la no-vida.

jueves, 13 de agosto de 2009

El caso de Acteal. Comunicado


Las “pruebas verdaderas que son nuestros testimonios que los vimos asesinar…”, declaran los sobrevivientes de Acteal
Organización de la Sociedad Civil las Abejas
Tierra Sagrada de los Mártires de Acteal, Chiapas, México
A 9 de agosto del año 2009

A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
A todas las Organizaciones Sociales y Políticas
A todos los defensores de los Derechos Humanos
A las Organizaciones No Gubernamentales
A los pueblos de México y del Mundo
A la prensa Nacional e Internacional
A la Otra Campaña y
A la opinión pública

Ante las versiones que se han empezado a difundir en algunos medios de comunicación de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación está a punto de emitir una sentencia que permitirá poner en libertad a 40 de los paramilitares responsables de la masacre de Acteal del 22 de Diciembre de 1997, queremos declarar lo siguiente:

Nosotros y nosotras somos los integrantes de la Sociedad Civil Las Abejas, del Municipio de San Pedro Chenalhó, Chiapas y con sede en la Tierra Sagrada de Acteal de ese mismo municipio.

Nuestra organización nació en el año de 1992 para enfrentar la represión que el entonces gobernador de Chiapas Patrocinio González Garrido emprendía contra las comunidades indígenas, entre ellas nuestra propia comunidad de Chenalhó que vio cómo varios de sus miembros fundadores, entre ellos el actual presidente de la Mesa Directiva de Las Abejas, fueron llevados injustamente a la cárcel por delitos que no habían cometido.

Desde nuestra fundación nos hemos dedicado a la defensa de los derechos indígenas y a buscar una sociedad donde reinen la paz y la justicia. Siempre hemos dicho que nuestra lucha sería pacífica ya sí lo hemos practicado.

Cuando sucedió el levantamiento del EZLN el 1º. de enero de 1994, nosotros vimos cuáles eran sus demandas y nos dimos cuenta de que eran iguales a las nuestras. Así que decidimos apoyar sus demandas pero no aceptamos tomar las armas y mantuvimos nuestra postura no-violenta. Nos sumamos a los esfuerzos de la sociedad civil nacional e internacional para exigirle al gobierno de México que detuviera la guerra contra nuestros hermanos indígenas. Participamos en los cinturones de paz cuando se dieron las primeras pláticas entre los zapatistas y el gobierno y más adelante participamos con nuestros delegados en los Diálogos de San Andrés.

Después fuimos descubriendo que en realidad el gobierno no quería el diálogo y que mientras con su boca hablaba de paz, con sus acciones iba promoviendo la guerra a través de los grupos paramilitares.

En el año de 1997 aparecieron en Chenalhó los grupos armados paramilitares. Exigían por la fuerza a todas las comunidades que los ayudaran a comprar armas y a atacar a los zapatistas. Si nosotros no habíamos aceptado tomar las armas contra el gobierno ¿acaso íbamos a aceptar a tomarlas contra nuestros propios hermanos indígenas? Nos negamos a apoyar a los grupos armados paramilitares que vimos claramente que tenían el apoyo del gobierno para conseguir armas, para entrenarse y para hacer sus acciones violentas. Fuimos fieles a nuestros principios a pesar de las amenazas y como nos negamos a apoyarlos, los paramilitares nos secuestraron, nos corrieron de nuestras comunidades, se robaron nuestras cosechas, nos despojaron de nuestras pertenencias y quemaron nuestras casas. Así nos convertimos en desplazados, pero seguíamos siendo fieles a nuestros principios de paz y no-violencia.

Cuando estábamos desplazados llegó el ataque de los paramilitares del 22 de diciembre de 1997 y la Masacre de Acteal, donde murieron 45 de nuestros hermanos y hermanas que estaban ayunando y orando por la paz.

Después de la Masacre de nuestros hermanos mantuvimos nuestra postura de paz. Nos negamos a buscar la venganza. Seguimos rechazando las armas. Decidimos buscar la justicia por los caminos pacíficos y legales con la ayuda del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, que es su presidente nuestro obispo Totic Samuel.

Con el apoyo de la sociedad civil nacional e internacional presionamos al gobierno para que castigara a los responsables de la Masacre de nuestros hermanos. La primera detención de un grupo de autores materiales se dio el mismo día en que sepultamos a nuestros seres queridos ante los ojos de miles de testigos. Como una provocación los asesinos se paseaban enfrente de los sobrevivientes en un camión de la presidencia municipal de Chenalhó, cuando todavía estaba fresca la sangre de los mártires. Ahora dicen los licenciados defensores de los presos que esos paramilitares deben quedar libres porque cuando obligamos a las autoridades a que los detuvieran no había una orden de aprehensión. Y así como ése son sus argumentos para liberarlos.

Logramos que se detuvieran a cerca de 80 de los autores materiales de la Masacre junto con el presidente municipal de Chenalhó que era uno de sus jefes. Pero no logramos que se detuviera ni que se investigara a los autores intelectuales, porque no sólo fueron las autoridades municipales las que apoyaron a los paramilitares. También fueron las autoridades estatales y federales. Lo decimos porque nosotros los vimos con nuestros ojos y sabemos que es verdad y así lo hemos declarado. Desde entonces hemos declarado públicamente sin cansarnos que no hay justicia para el caso Acteal y que continúa la impunidad.

Hoy, cuando faltan 5 meses para que se cumplan 12 años del asesinato de nuestros hermanos y hermanas, nos enteramos con gran tristeza y con gran indignación que el gobierno va a liberar a 40 de esos paramilitares a través de una sentencia de la Suprema Corte de Justicia, que más bien debería llamarse Suprema Corte de Injusticia. Ante esas noticias declaramos lo siguiente:

1) No es verdad, como están diciendo muchos medios de comunicación, que con la sentencia de la Suprema Corte se vaya a dar un paso para lograr la justicia en el caso Acteal. Más bien es un paso atrás de lo poco que se había logrado. Es un paso adelante de la impunidad.

2) Dicen ahora que la PGR inventó las pruebas contra los presos y que lo que está haciendo la Suprema Corte es algo justo porque no hay pruebas verdaderas de la culpabilidad de los paramilitares. Eso tampoco es verdad. Hay y ha habido siempre pruebas verdaderas que son nuestros testimonios que los vimos asesinar y conocemos a los paramilitares. Pero el gobierno (la PGR y los jueces) lo que han hecho es debilitar nuestras pruebas. Les hicieron agujeros para que cuando llegara este momento los paramilitares se pudieran escapar por esos agujeros con la ayuda de sus abogados y de los Ministros de la Suprema Corte. Es lo mismo que hacen para que se escapen los narcos. La Suprema Corte no está corrigiendo el trabajo de la PGR como dicen. Está completando el trabajo que ellos empezaron para que pudieran quedar libres los cómplices del gobierno.

3) Dicen que no hemos presentado pruebas de la culpa de los paramilitares. Tampoco es verdad. Las hemos presentado no una, sino, muchas veces. Y 11 años después de los asesinatos que hubo en Acteal nos siguen llamando a presentar nuestras declaraciones, porque dicen que al juez o al ministerio público le faltó algo en la vez anterior. A los abogados del CIDE les decimos que sus clientes no son las únicas víctimas de la corrupción del sistema de administración de justicia. A los declarantes que vieron morir a sus seres queridos se les ha hecho repetir una y otra vez la historia terrible con todo el dolor que les causa a sus corazones. Y al final les dicen: “necesitamos que la cuentes otra vez porque el juez ordenó la reposición del procedimiento”. Sabemos que eso se llama “tortura psicológica”.

4) Las comunidades de Chenalhó están intranquilas porque hace días circulan los rumores de los paramilitares que han estado libres todo el tiempo, de que cuando salgan sus amigos se van a vengar de los que los metieron a la cárcel. Hacemos responsables a la Suprema Corte y a todos sus cómplices, desde el Sr. Aguilar Camín, los abogados del CIDE y al gobierno de Felipe Calderón si con el regreso de estos 40 paramilitares a Chenalhó vuelve la violencia a nuestro municipio. Los hacemos responsables de las vidas de los testigos y de cualquier acto criminal que cometan esos paramilitares que dicen que son inocentes.

5) Hacemos una llamada a las más altas autoridades del país para que reflexionen en lo que están haciendo. Si a organizaciones como nuestra Sociedad Civil de las Abejas, que rechazamos la violencia como medio para defender nuestros derechos, les dicen que el sistema de justicia y las instituciones del Estado están totalmente del lado de los que son cómplices del gobierno, entonces ¿Qué camino nos dejan? ¿Qué esperanza tiene el pueblo de México? Dice el gobierno que está en contra de la violencia pero todos los días vemos cómo es el primero que la promueve.

6) A pesar de todo, nosotros los miembros de la Sociedad Civil las Abejas manifestamos que no vamos a arriar nuestra bandera de Paz y de Justicia. Vamos a seguir luchando de manera no-violenta. Pero no tenemos ninguna confianza en el gobierno. Nuestra confianza está puesta en la solidaridad de la sociedad civil, en la sangre de nuestros mártires que nos da fuerzas para no abandonar la lucha y en nuestro Dios que no es sordo al clamor de los pobres y de los oprimidos.

A T E N T A M E N T E

La Voz de la Sociedad Civil Las Abejas.
Por la Mesa Directiva:
Sebastián Pérez Vázquez, Presidente.
Pedro Jiménez Arias, Vicepresidente.
Francisco Gómez Pérez, Tesorero.
Francisco Pérez Gómez, Sub. Tesorero.

domingo, 19 de julio de 2009

El Secretario de Defensa de Bush le hace la guerra a Obama

Por José Manuel Martin Medem


El 19 de enero, la revista colombiana CAMBIO publicó 'en exclusiva' lo que denominaba 'el testamento de Marulanda'. El documento fue considerado 'auténtico' por los servicios secretos militares que aseguraron que lo habían conseguido al 'encontrar' una computadora portátil en un campamento de las FARC el 31 de octubre del 2008. En el mensaje que le atribuyen, el comandante guerrillero anunciaba la campaña internacional que iba a organizar el gobierno de Uribe contra los de Chávez y Correa utilizando el supuesto contenido de los supuestos ordenadores de Raúl Reyes 'encontrados' después del ataque contra su campamento en territorio ecuatoriano.

La 'inteligencia militar' decía que Marulanda lo habría escrito poco antes de morir el 26 de marzo del 2008.

El viernes (17 de julio), la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP) conseguía y difundía, también 'en exclusiva', un video en el que aparentemente Jorge Briceño, comandante de las FARC, habla sobre "ayuda en dólares para la campaña de Correa". Los 'servicios' habrían 'encontrado' la grabación en una de las tres computadoras supuestamente 'encontradas' cuando la policía capturó el 30 de mayo, en las afueras de Bogotá a una dirigente de una red urbana de las FARC.

El domingo (19 de julio), en el diario madrileño EL PAÍS, Maite Rico, encargada habitualmente de recoger las deposiciones de los servicios secretos colombianos, reproducía la información de AP pero cometía la torpeza de añadir que el supuesto video contiene también el 'testamento de Marulanda'.

¿Están manejando otra vez, los 'servicios' y sus altavoces, lo que ya habían 'encontrado' y difundido hace seis meses? ¿Por qué ahora? Si es 'material nuevo' y lo tenían desde mayo, ¿por qué han esperado un mes y medio para pasárselo a los amigos de AP?

Precisamente en el mismo día en que se difundía el video reiterando la acusación de que las FARC contribuyeron en la financiación de la primera campaña de Correa, el viernes, concluía la utilización de la base aérea de Manta, en Ecuador, por los aviones militares de Estados Unidos que durante diez años lanzaron desde allí sus operaciones de intervención en América Latina.

La nueva Constitución de Ecuador, propuesta por el presidente Correa y aprobada en referéndum, prohíbe la presencia de tropas extranjeras en el país. Al mismo tiempo se anunciaba que el gobierno de Uribe pone a disposición de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (a cambio de más ayuda militar contrainsurgente) cinco bases en territorio colombiano como recambio por la pérdida de Manta. En ese escenario, la Administración Obama mantenía su ambigüedad sobre el golpe de Estado en Honduras. El Pentágono está muy irritado por la iniciativa del presidente Zelaya que pretendía reformar la Constitución para, además de democratizar el sistema político hondureño, prohibir la presencia de tropas extranjeras y convertir la base de Palmerola (que los gringos utilizan como antes la de Manta y a partir de ahora las de Colombia) en un aeropuerto civil para vuelos internacionales.

No son casualidades. Como tampoco lo es que el jueves (16 de julio), en la víspera de la 'exclusiva' de AP contra Correa, EL PAÍS 'consiguiera', también 'en exclusiva', un informe inducido por los dinosaurios republicanos en el Congreso de Estados Unidos denunciando que Venezuela se convierte en un 'narcoestado' como consecuencia de "la complicidad del ejército venezolano con las FARC" (*).

Tremenda casualidad también que LA PRENSA, el diario golpista hondureño, 'descubriera' inmediatamente que los supuestos vuelos clandestinos de los narcotraficantes desde Venezuela hacia México repostaban en Honduras bajo la protección del gobierno de Zelaya.

Con esta denuncia como base, la extrema derecha republicana del Congreso de Estados Unidos, encabezada por la mafia anticastrista de Mario y Lincoln Díaz-Balart, exigieron a Obama que la DEA investigara a Zelaya.

¿Por qué Obama está empantanado con el golpe de Honduras después de tranquilizar a América Latina y eliminar prohibiciones de Bush contra Cuba?

No es difícil considerar que el Pentágono no está dispuesto a perder sucesivamente 'sus' bases de Manta y Palmerola aunque cuente con las de Colombia. Pero en Honduras no necesitaban el golpe para mantener su dominio. Aunque es dónde más fácil les resulta la

intervención como advertencia. Si queremos creer lo que nos gustaría que fuera Obama, podemos encontrar la senda de la conspiración a través del Pentágono, la CIA y las dos caras del Departamento de Estado: el regreso de los embajadores de EEUU y de Venezuela a Caracas y Washington y el nuevo subsecretario de Estado para América Latina, Arturo Valenzuela, proponiendo en el Senado "evitar una visión maniqueísta del mundo" pero también la negociación con los golpistas hondureños que pretenden imponerle a Zelaya y el envío como embajador a Brasil de Thomas A. Shannon, uno de los imperialistas de Bush que ayudará a la recuperación de la derecha brasileña.

Son abrumadoras las pruebas de que la CIA y el Departamento de Estado conocían los preparativos golpistas de los generales hondureños monitoreados por los asesores militares estadounidenses. Si seguimos creyendo que Obama es lo que nos gustaría que fuera, entonces me parece que la conclusión es que en el Pentágono están los fósforos que han provocado la llamarada de Honduras para complicarle al presidente de EEUU la posibilidad de establecer una nueva política de colaboración y respeto con América Latina. No nos podemos olvidar de que Robert Gates es el primer Secretario de Defensa en la historia de Estados Unidos que permanece en el Pentágono con un nuevo presidente. Y tenemos que recordar que trabajó en la CIA durante veinticinco años, dirigiendo la agencia entre 1991 y 1993. En esos años, la CIA y el Pentágono establecieron la organización de la red de inteligencia con la que las Fuerzas

Armadas se coordinaron con los paramilitares en el terrorismo de Estado. En 1996, Gates publicó un libro titulado DESDE LA SOMBRA: LA HISTORIA DE UN CONOCEDOR DE CINCO PRESIDENTES Y DE CÓMO GANARON LA GUERRA FRÍA.

Este es el tipo que decidió lo que podía pasar en Honduras. Sin tener en cuenta su intervención no se entiende el enredo. Puede ser una operación contra el 'poder suave' de Obama. Pero me parece que es más probable un juego con dos posibilidades en el que la advertencia de Honduras tenga un mal desenlace para la soberanía y la auténtica integración en América Latina. Mientras Washington interviene para que el frenazo se imponga con el resultado en las próximas elecciones presidenciales de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay. Si Obama es en realidad, como supongo, un enroque inteligente del imperio, entonces memoricemos lo que ha escrito Immanuel Wallerstein:

"La presidencia de Barack Obama corre el riesgo de ser el momento de la venganza de la derecha en América Latina".


(*) La crónica titulada EL NARCOTRÁFICO PENETRA EN VENEZUELA, firmada por Antonio Caño en la edición de EL PAÍS del 16 de julio, es un magnífico ejemplo del periodismo basura practicado por sometimiento.

Para señalar a Venezuela como un 'narcoestado' hay que cerrar los ojos frente a Colombia y México, dónde asesinan a los candidatos presidenciales disparando cocaína. Se puede desmontar la crónica en su totalidad pero sólo voy a comentar dos de sus invenciones. La primera es tan evidente que divierte por su ignorancia. Escribe Caño que "el informe menciona a España como el principal destino de los vuelos originados en Venezuela". ¿Grandes aviones cargados con cocaína atravesando el Atlántico? ¿De dónde salen? ¿Dónde aterrizan? ¿Cómo eluden los controles aéreos? No hay un sólo documento en la historia de la lucha contra el narcotráfico que mencione algo semejante.

La segunda, si no fuera mentira, nos llevaría a la conclusión de que las FARC, supuestamente acorraladas por la guerra de Bush y Uribe, son la organización más importante del mundo en el contrabando de cocaína.

Según las deposiciones del informe que Caño ha conseguido 'en exclusiva', las FARC exportan, en complicidad con el gobierno y el ejército de Venezuela, 260 toneladas anuales. Es imposible. El gobierno de Colombia y los paramilitares (que son las dos organizaciones que más saben sobre el narcotráfico) coinciden en que son 800 las toneladas de cocaína que cada año llegan al mercado internacional. Los carteles mexicanos se encargan de su introducción en EEUU y a la Unión Europea llegan por rutas africanas (¡cruzan el Atlántico en barcos y no en aviones!) y en gran cantidad a través de España mediante las correspondientes mafias.

Para comercializar un tercio de la producción anual de cocaína, las FARC tendrían que haberse impuesto sobre los cuatro o cinco grandes grupos colombianos del narcotráfico y contra sus ejércitos paramilitares y las complicidades en las fuerzas de seguridad. Y tendrían que contar con una imposible alianza con los capos mexicanos y europeos para su distribución.

Si además de todo eso, también resisten a las fuerzas contrainsurgentes de Colombia y EEUU, ¿para qué han servido los 10.000 millones de dólares del Plan Colombia que prometía acabar con el negocio de las drogas y con la guerrilla?

lunes, 25 de mayo de 2009

¿Y esto es la sostenibilidad? Carlos Taibo

En los últimos meses han pasado por los estudios de televisión y de radio, y se han pronunciado en las páginas de los periódicos, decenas de dirigentes políticos, de economistas, de sindicalistas y de periodistas, próximos al gobierno o cercanos a la oposición. Aunque a menudo disientan en lo que respecta a las medidas precisas que conviene arbitrar, todos parecen estar de acuerdo en algo importante: para dejar atrás la crisis en curso hay que recuperar la senda del crecimiento económico y conseguir que despierte de una vez por todas el consumo.

En un planeta en el que sobran los argumentos para afirmar que el crecimiento no genera cohesión social, provoca agresiones medioambientales muchas veces irreversibles y propicia el agotamiento de recursos que no estarán a disposición de las generaciones venideras, cada vez es más urgente que busquemos, por ello, otros horizontes. Sorprende, sin embargo, que muchos de quienes han hecho de la sostenibilidad su bandera de enganche prefieran esquivar la conclusión de que en los países ricos tenemos que asumir cuanto antes reducciones drásticas en la producción y en el consumo, de la misma suerte que tenemos que repartir el trabajo en provecho de modelos que hagan de la redistribución de la riqueza, de la vida social, del ámbito local y del ocio creativo sus cimientos.

Nada de esto último se aprecia, ni de lejos, en las posiciones que abrazan hoy nuestros gobernantes, empeñados en sacar adelante diagnósticos de lo que sucede tan errados como interesados. Recuérdese que hace algo más de un año el presidente Rodríguez Zapatero eludía mencionar, en sus discursos, la palabra 'crisis'. Después se inclinó por arrojar todas las culpas de lo que ocurría sobre los desmanes que ha dado en exportar la economía norteamericana --ninguna correspondía, en cambio, a un modelo, el español, al parecer en modo alguno lastrado por flujos especulativos de diversa índole--, para, en los últimos tiempos, descargar sus iras contra una burbuja inmobiliaria que, según una singularísima visión, nada habría tenido que ver con las políticas alentadas por el Partido Socialista desde las más diversas instancias. ¿Cuánto tiempo tardará Rodríguez Zapatero en percatarse de las contradicciones flagrantes de lo que defiende ahora?

Y es que no hay manera de casar el omnipresente discurso de la sostenibilidad con medidas como las que el gobierno español ha decidido alentar en respuesta a la crisis. Una de ellas es esa enloquecida apuesta por la alta velocidad ferroviaria que tanto gusta --dicen-- al presidente norteamericano de estas horas. A su amparo está claro qué es lo que se nos viene encima: una forma de transporte que reclama salvajes agresiones contra el medio, propicia la desertización ferroviaria del grueso del territorio, es extremadamente onerosa en términos energéticos y se traduce en precios inalcanzables para la mayoría de los ciudadanos. Otra de esas medidas la aporta la frenética construcción de nuevas autovías sin que nadie explique convincentemente quién las va a poder utilizar en el futuro, cuando se disparen los precios de las materias primas energéticas que empleamos. Qué no decir, en fin, de la impresentable, y discriminatoria, decisión de subvencionar con recursos públicos la compra de automóviles. ¿No sería más razonable que, lejos de pensar en los intereses de las grandes empresas, nuestros gobernantes ayudasen, antes bien, a quienes han decidido prescindir de un instrumento, el coche, que retrata cabalmente muchos de los elementos de insostenibilidad que atenazan a nuestras sociedades? Mientras se apoyan con descaro olímpicas parafernalias, por momentos despunta, en fin, la lamentable retahíla que da cuenta del liderazgo español en tecnologías verdes, casi siempre adobada, por añadidura, con la triste defensa, también en este ámbito, de la competición más feroz.

Bien es cierto que los desafueros transcienden el terreno de la sostenibilidad. Para cerrar el círculo, nuestros gobernantes repiten incansables que no van a aceptar rebajas, en provecho de los empresarios, en lo que atañe a las reglas del juego del mercado laboral. Empiezan a menudear las noticias, sin embargo, que sugieren que el Partido Socialista sopesa introducir algunas de esas rebajas en un escenario en el que los empresarios a los que acabo de referirme no tienen mucho de qué quejarse: al amparo de una precariedad que se impone por doquier, las normas imperantes han permitido --no se olvide-- un crecimiento espectacular de la cifra de desempleados, en muchos casos sin cobertura alguna.

Para que nada falte, entre nosotros se ha optado por importar un modelo, el norteamericano, que defiende medidas de socorro tan generosas como urgentes cuando las entidades financieras están al borde de la quiebra, pero no actúa con la misma benevolencia y energía cuando son las economías de los trabajadores --recuérdese a las decenas de miles de inmigrantes que contrajeron hipotecas en condiciones próximas a la

usura-- las que se hallan con el agua al cuello. Y es que quienes nos dirigen, de siempre remisos a poner el dedo en la llaga de lo que supone un capitalismo depredador e injusto --hoy, por cierto, a la deriva--, defienden, sí, el bien común... siempre y cuando no choque con los intereses particulares de las grandes empresas. Que se lo digan, si no, a Microsoft, que a buen seguro se apresta a sacar tajada de ese ambicioso programa que, de hacerse realidad, pondrá en manos de nuestros niños un magnífico ordenador llamado a resolver mágicamente las carencias del sistema educativo que arrastramos.

lunes, 20 de abril de 2009

Cumpleaños de la OTAN

Carlos Taibo

Que la OTAN precise celebrar a bombo y platillo el sexagésimo aniversario de su fundación parece, por sí solo, señal de mala salud. Y eso que, y al menos entre nosotros, las disputas que antaño provocó la Alianza Atlántica han bajado, injustificadamente, muchos enteros. Así lo testimonia, sin ir más lejos, la apreciación que hizo suya, semanas atrás, una de las tertulianas de turno, firmemente convencida de que la presencia de militares españoles en Afganistán quedaba suficientemente fundamentada por el paraguas que ofrecía la OTAN, una instancia al parecer impoluta y de siempre entregada al respeto de la legalidad internacional y de los derechos humanos...

Es urgente, sin embargo, reabrir la discusión sobre lo que hoy significa la Alianza Atlántica. Lo primero que conviene recordar al respecto es que la OTAN configura la principal de las avanzadas militares perfilada por los países ricos. Como tal, y si así se quiere, constituye el brazo armado de un proceso nada edificante, la globalización capitalista, y contribuye poderosamente a asentar en el Norte opulento una genuina y orgullosa fortaleza. Por su singularidad guerrera --carece de competidores--, la Alianza tiene tanto peso como el que corresponde en conjunto al Fondo Monetario, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio. Por cierto que si todas estas instancias han escapado llamativamente al control de la ONU, obligado parece subrayar que la OTAN ha desempeñado papeles decisivos a la hora de desacreditar, también, a la máxima organización planetaria: en 1999, al cumplir medio siglo, la Alianza dejó claro que en adelante sus acciones no tendrían por qué depender de una resolución específica del Consejo de Seguridad, en lo que se antojaba un torpedo en la línea de flotación de un Derecho Internacional laboriosamente gestado durante decenios.

En un sentido próximo, la OTAN es una organización claramente supeditada al dictado que impone la Casa Blanca. Aun siendo cierto que algunos miembros de la Alianza han contestado en momentos precisos unas u otras políticas norteamericanas --así lo hicieron, por ejemplo, Francia y Alemania con ocasión de la agresión que EE.UU. preparaba en Iraq en

2003--, la OTAN como tal a duras penas ha servido de cauce para la expresión de tales disensiones. Antes bien, la Alianza ha refrendado puntillosamente todos los criterios defendidos por Estados Unidos, lo cual no ha sido óbice para que éste se sirviese de ella a capricho según las circunstancias. Washington rehuyó la colaboración de la OTAN en el mentado Iraq, pero bien que la recabó, en cambio, en Afganistán. Es evidente, de cualquier modo, y en paralelo, que la Alianza ha sido un elemento decisivo a la hora de cancelar cualquier proyecto de independencia del lado de la Unión Europea.

El derrotero reciente de la OTAN se ha visto marcado, en otro terreno, por tres procesos de interés. El primero es una generosa expansión del área de sus acciones militares, no sometida hoy a restricción alguna, y ello por mucho que pueda apreciarse una concentración de intereses en una región, el Oriente Próximo, geoestratégica y geoeconómicamente vital. El segundo lo aporta una activa presión sobre Rusia, encaminada a obstaculizar el renacimiento, en el oriente europeo, de un gigante contestatario; en este sentido, y de nuevo, ningún dato permite afirmar que la Alianza Atlántica ha servido de freno a una creciente agresividad norteamericana plasmada, por ejemplo, en escudos antimisiles y bases militares que apuntalan un proyecto orientado a disputarle a Moscú una atávica zona de influencia. Agreguemos, en suma, que las presiones de la OTAN mucho tienen que ver con el crecimiento del gasto militar en todo el planeta; quienes, hace tres lustros, se atrevían a sugerir que la Alianza era un venturoso estímulo para las conversaciones de control de armamentos han tenido que plegar velas.

No puede faltar en nuestras consideraciones, en fin, el recordatorio de que, rematada la 'guerra fría' y necesitada la OTAN de nuevas fuentes de legitimación, al cabo encontró la mayor de éstas en el intervencionismo autodenominado humanitario. No hay que ser muy sagaz para concluir que este último responde las más de las veces a la defensa de los intereses de siempre, realizada ahora, bien es cierto, de la mano de procedimientos aparentemente más benignos y notablemente más eficaces. Quien piense, de cualquier modo, que la OTAN siente alguna preocupación por los derechos humanos en algún lugar del planeta haría bien en preguntarse por qué sus soldados no se han desplegado en Gaza y Cisjordania, para exigir la retirada del ejército israelí, en el Kurdistán, para reclamar de los militares turcos el respeto de las normas más elementales, o en el Sahara occidental, para hacer otro tanto con las fuerzas armadas marroquíes. El intervencionismo humanitario ha servido para ocultar, por añadidura, lo que ocurría en la trastienda en la forma de un doble y delicado proceso: mientras la OTAN se ha lanzado con denuedo a la identificación --en su caso a la creación-- de nuevas amenazas como las que supondrían el terrorismo internacional o las migraciones, por el otro --ya lo señalamos antes-- bien que ha procurado, incansable, reflotar algunas de las viejas, y en singular la que acarrearía el gigante ruso.

Chesterton, el escritor inglés, tuvo a bien señalar que el matrimonio es una institución ideal para resolver un sinfín de problemas que no existirían de no existir el propio matrimonio. Si sobran las razones para endosarle a la Alianza Atlántica la frase chestertoniana --tradúzcala el lector--, también sobran para desear que el de estos días sea el último aniversario que la OTAN celebre.

sábado, 18 de abril de 2009

Los vericuetos del intento golpista. Venezuela 2003

El 7 de febrero del 2003, un coche/bomba provocó la muerte de 36 personas en El Nogal, un club de la oligarquía colombiana en el norte de Bogotá, muy cerca de la residencia del embajador de España. Uno de los heridos atendido en la calle, identificado como miembro de la junta directiva, pidió un teléfono y le gritó a quién recibió su llamada ¡Hijueputa! Yo le dije a Londoño que no siguiera utilizando el club para reunirse con esos paramilitares ... Se refería a Fernando Londoño, accionista de El Nogal y entonces ministro del Interior y de Justicia. El gobierno del presidente Álvaro Uribe utilizaba el exclusivo club para negociar con los paramilitares. Un abogado de las mafias reveló que el atentado fue una advertencia del Cartel del Norte del Valle contra la competencia de los narcoparamilitares en la exportación de cocaína hacia Estados Unidos.

Pocos días después, en una noche de tragos, un funcionario de la Casa de Nariño contó que, inmediatamente después del atentado en El Nogal, Uribe recibió una llamada del Departamento de Estado. Esto -le dijeron desde Washington- hay que aprovecharlo para conseguir el apoyo internacional contra las FARC. Álvaro Uribe atribuyó a la guerrilla la matanza y su ministra de defensa, Marta Lucía Ramírez, aseguró ante la prensa internacional que la sofisticada tecnología del atentado se deriva de la alianza estratégica de las FARC con ETA. Seis años después no han podido mostrar ni una sola prueba.

El que llamó desde el Departamento de Estado fue el subsecretario para los países andinos Phillip Chicola. Un año antes, en abril del 2002, Chicola enviaba desde Washington las instrucciones para que se consolidara en Caracas la intentona golpista que pretendía instalar como nuevo presidente al general de los empresarios venezolanos Pedro Carmona. En su huida del Palacio de Miraflores, los golpistas dejaron los documentos que confirman las órdenes que recibieron de la Administración Bush. Tenían que hacer lo siguiente:

Ø Obligar a Hugo Chávez a firmar su dimisión para enviar una copia a Washington.

Ø Conseguir que la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo avalaran la renuncia del presidente.

Ø Y anunciar que convocarían elecciones bajo la supervisión de la OEA.

Eran las condiciones -explicó Chicola- para facilitar que la Administración Bush apoyara a los golpistas y pudiera arrastrar hacia esa posición a la Unión Europea y América Latina.

*

En la Administración Bush se habían repartido las tareas:

Ø El Pentágono asesoraba a los militares venezolanos golpistas con los que permaneció durante el amotinamiento el teniente coronel James Rodger, agregado militar de la embajada estadounidense. Además, la Marina y la Fuerza Aérea de Estados Unidos pusieron a disposición de los conspiradores su cobertura de guerra electrónica, triangulada mediante la coordinación del Comando Sur en Miami y las bases de utilización concertada en el Caribe y en Manta (Ecuador).

Ø La CIA participó en la organización de lo que debería parecer una respuesta criminal contra la artificial movilización popular que sirviera de justificación para un pronunciamiento de las Fuerzas Armadas que no aceptarían asumir la represión de las protestas en defensa de la democracia. Además, la CIA conectó a los golpistas con sus colaboradores salvadoreños y de la mafia anticastrista de Miami para la organización de escuadrones de la muerte con los que podrían someter selectivamente a quienes intentaran resistir el cuartelazo.

Marcelo Sarabia, el guardaespaldas de Pedro Carmona en la intentona golpista (que vigilaba sus decisiones), estaba vinculado con los servicios secretos de la embajada de Estados Unidos en Caracas y formaba parte del grupo armado ultraderechista dirigido por el golpista y traficante de armas Isaac Pérez Recao. Carmona era empleado de la familia Pérez Recao, principales accionistas de la petrolera VENOCO.

Ø El Departamento de Estado se encargaba de orquestar el respaldo internacional para darle reconocimiento diplomático al gobierno impuesto por los golpistas. Se añadía además el apoyo del FMI.

Hicieron coincidir la intentona golpista con el turno de presidencia del gobierno español de José María Aznar en la Unión Europea y la reunión del Grupo de Río en Costa Rica. Aznar se había comprometido a empujar a la UE hacia la complicidad con la Administración Bush. Y el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, intentó hacer lo mismo con América Latina. Le secundaba el descarado salvadoreño Francisco Flores, que reconoció

inmediatamente al gobierno golpista de Venezuela.

EEUU quería que la aportación colombiana fuera doble: el

presidente Pastrana convenciendo al Grupo de Río y el ex/presidente

Gaviria manejando a la Organización de Estados Americanos.

Pastrana agradecía así el Plan Colombia y Gaviria su nombramiento

como Secretario General de la OEA, dos operaciones de Washington.

Con el golpe en marcha y Chávez secuestrado, Bush decía que ahora habrá tranquilidad y democracia. El gobierno de Aznar comentaba que con Chávez Venezuela era insostenible y manifestaba su confianza en el gobierno de transición. La patronal española acogía con agrado el nombramiento de Cardona como nuevo presidente.

En España, sólo Izquierda Unida condenaba desde el principió la intentona golpista y exigía el regreso de Chávez a la presidencia. Felipe González no podía ocultar su satisfacción. Chávez -dijo- es un autoritario que liquidaba las libertades.

No parece una casualidad que la Administración Bush y el gobierno de Aznar enviaran nuevos embajadores a Venezuela veinte días antes de la intentona golpista. Sabían lo que iba a pasar y sabían lo que tenían que hacer. Patrocinar el reconocimiento internacional para los golpistas. El estadounidense Charles Schapiro (experto en intervenciones en América Latina) y el español Manuel Viturro (un franquista de la hispanidad imperial) fueron los únicos embajadores que visitaron al presidente golpista. En el Departamento de Estado y en la Casa Blanca manejaron la conspiración Otto Reich, ex/embajador en Caracas y subsecretario para América Latina, y Elliot Abrams, director encargado de la Democracia, los Derechos Humanos y las Operaciones Internacionales en el Consejo Nacional de Seguridad. Los dos históricamente relacionados con la mafia cubana de Miami y con las operaciones estadounidenses de terrorismo de Estado en América Latina.

Aznar, desde Madrid, y Pastrana, desde la reunión del Grupo de Río, llamaron a Carmona para ponerse a su disposición. Una declaración conjunta de los gobiernos de Estados Unidos y de España no condenaba el golpe, no exigía el respeto al mandato constitucional del presidente Hugo Chávez y admitía los hechos consumados con la consideración de que sólo la consolidación de un marco democrático estable puede ofrecer un futuro de libertad y progreso al pueblo venezolano. Los gobiernos de Estados Unidos y de España intentaron que compartieran esa actitud los de Francia, Brasil, México y Argentina, que se negaron. Aznar no consiguió arrastrar a la Unión Europea hacia la complicidad con Washington y tampoco Pastrana lo logró con América Latina.

*

El programa de los golpistas incluía la privatización de Petróleos de Venezuela en beneficio de REPSOL y de una compañía estadounidense vinculada con el clan Bush. Y entregar CITGO, la filial en EEUU de PDVSA, a Gustavo Cisneros y a sus socios gringos. Cisneros (el amigo al que Felipe González le regaló Galerías Preciados cuando presidía el gobierno español) fue el gran conspirador. Reich, Schapiro, Cisneros, Viturro y Carmona eran como uña y mugre. Daniel Romero, que fue secretario privado del ex/presidente Carlos Andrés Pérez, redactó los decretos de Pedro Carmona que bloqueaban a las instituciones y concentraban todo el poder en la presidencia usurpada. El Opus oraba por los golpistas y los bendecía Baltasar Porras, presidente de la Conferencia Episcopal. Eduardo Fernández, el cuate de José María Aznar en la Democracia Cristiana, estuvo en Madrid poco antes de la intentona golpista y regresó a Caracas con escala en Washington para confirmar los preparativos. También Cardona había viajado a España como presidente de la patronal venezolana. El gobierno de Aznar y sus empresarios lo acogieron como al futuro jefe de Estado de Venezuela. Incluso pudo confraternizar con representantes de los servicios secretos militares españoles. Dicen que REPSOL y la banca española con negocios en Venezuela pusieron medio millón de dólares para los gastos de la movilización popular en defensa de la democracia. En Madrid, Carmona cometió la torpeza o el exceso de soberbia de encargar en una sastrería militar lo que creía que iba a ser su banda presidencial. Quedó como prueba de su arrogancia.

*

Los grandes medios de comunicación internacionales fueron incluidos en la conspiración del Departamento de Estado con la que no consiguieron el respaldo para los golpistas en la Unión Europea y América Latina. Sabían y se pusieron de acuerdo en lo que iban a decir:

Chávez había traicionado el mandato de las urnas, descomponiendo la democracia y la economía.

Y al ordenar al Ejército que disparara contra el pueblo, los militares le obligaron a dimitir. Ahora habrá nuevas elecciones.

Es la única vez en la historia en la que las transnacionales de la desinformación han quedado en evidencia al destapar sus verdaderas intenciones en un golpe de Estado que no se consumó. Pero ni han reconocido el ridículo y la perversidad de su comportamiento ni han modificado su juego sucio contra el presidente y el gobierno cuya eliminación se apresuraron a celebrar.

Chávez fue obligado a renunciar / Ya no está amenazada la democracia venezolana por un aspirante a dictador, anunció el New York Times.

Ludmila Vinogradoff, corresponsal de El País, aseguraba en una crónica desde Caracas para CNN+ que había un video con la renuncia de Chávez. Todavía no ha aparecido. Golpe a un caudillo era el título del editorial de El País que no sólo no pedía el respeto a la legalidad democrática sino que decía que sería bueno que Chávez y algunos de sus colaboradores detenidos rindieran cuentas de sus desmanes autoritarios y corruptos ante los tribunales. ¡Juzgar a los golpeados en lugar de a los golpistas! Parece que a PRISA no le iban bien los negocios en Venezuela. En vísperas de la intentona golpista, el enviado especial de El País le dijo lo siguiente a un colega de otro diario español: Chávez se va a enterar de quién es Jesús de Polanco, que siempre consigue lo que quiere. Ya verás. Dentro de unos días hablamos. La crónica con la que ese enviado especial de El País celebraba el supuesto triunfo de los golpistas se tituló La República Bolivariana ha muerto. Recordemos lo que escribió y se publicó: La presión popular y periodística, activamente secundada por los empresarios y los sindicatos de trabajadores y con un sangriento desenlace, sublevaron finalmente a los cuarteles y derrumbaron la presidencia de Hugo Chávez, después de una gestión caracterizada por la provocación y el avasallamiento de la discrepancia. En lo único en lo que no mentía era en el reconocimiento de la presión periodística y de los empresarios. Lo demás es una canallada desinformativa. Nunca se disculparon ni el periodista ni El País. Paradójicamente, mientras El País denunciaba la inspiración castrista de Chávez, su enviado especial, que cubría toda América Latina, trasladaba la residencia de sus hijos adolescentes desde México a La Habana para garantizar su seguridad, reiteradamente amenazada por la delincuencia en la capital mexicana.

*

Hugo Chávez nunca renunció a la presidencia. Se supo a tiempo gracias a la televisión cubana que entrevistó a su hija María Gabriela. Había hablado con su padre y denunció para todo el mundo, a través de su comunicación con La Habana, que Chávez era un presidente preso.

El único gobierno que puso toda su capacidad política, diplomática y de información al servicio de la defensa de la legalidad democrática en Venezuela fue el gobierno de Cuba.

También paradójicamente, mientras la supuesta dictadura castrista defendía la legalidad democrática de Venezuela, el dirigente de la oposición cubana Oswaldo Payá, que se supone que reclama una reforma pacífica para la apertura política en la isla, se apresuraba a difundir un comunicado de apoyo a los golpistas venezolanos, demostrando qué es lo que le gustaría que ocurriese en Cuba.